lunes, 25 de abril de 2016

Comentario de texto.Texto 23



 Texto 23

“La propiedad privada nos ha hecho tan estúpidos y unilaterales que un objeto sólo es nuestro cuando lo tenemos, cuando existe para nosotros como capital o cuando es inmediatamente poseído, comido, bebido, vestido, habitado, en resumen, utilizado por nosotros. Aunque la propiedad privada concibe, a su vez, todas esas realizaciones inmediatas de la posesión sólo como medios de vida y la vida a la que sirven como medios es la vida de la propiedad, el trabajo y la capitalización.

En lugar de todos los sentidos físicos y espirituales ha aparecido así la simple enajenación de todos estos sentidos, el sentido del tener. El ser humano tenía que ser reducido a esta absoluta pobreza para que pudiera alumbrar su riqueza interior (sobre la categoría del tener, véase Hess, en los Einnundzwanzig Bogen).

La superación de la propiedad privada es por ello, la emancipación plena de todos los sentidos y cualidades humanos.”


Exposición de la temática del texto

En este capítulo del tercer manuscrito, perteneciente a los “Manuscritos de economía y filosofía”, de donde se extrae el fragmento, Marx reflexiona acerca de las consecuencias del trabajo alienado y de manera muy particular sobre su resultante más decisiva, la propiedad privada. El comunismo se presenta en principio como la mejor forma de superar los efectos nocivos que para la humanidad tiene la pervivencia de este régimen de propiedad. Tras un análisis crítico de las distintas formas en que el comunismo se puede materializar Marx plantea el comunismo como plena emancipación y apropiación por parte del ser humano de su esencia genérica.

Liberado de la servidumbre que constituye la propiedad privada surge el hombre como auténtico ser social, es decir, como ser para sí al tiempo que para los demás. En este nuevo escenario, el ser humano como género, es decir, el ser humano que actúa no como individuo aislado sino como miembro del género humano al que pertenece y libre de las ataduras del trabajo enajenado, hace de su trabajo auténtica vida social en la que como sujeto se trata a sí mismo y a los demás como sujeto eminentemente social.

La propiedad privada ha conseguido que para el ser humano cualquier objeto utilizado, que es un medio de vida, lo sea para la vida de la propiedad, el trabajo y la capitalización; de manera que el ser humano ha perdido la capacidad de relacionarse de acuerdo a sus determinaciones esenciales, abierto a los  sentidos y cualidades humanas, reduciendo lo diverso de la experiencia con las cosas a la mera posesión. El sentido del tener ha sustituido al ser, a las potencialidades propiamente humanas, reduciendo la condición humana. Pero de ahí brotará un ser nuevo: el ser humano plenamente emancipado. Y ello sucederá con la superación de la propiedad privada como plena emancipación de todos nuestros sentidos y cualidades, una emancipación que libera al hombre de las ataduras del mero poseer; haciendo que la relación con las cosas sea una relación humanizada, una relación en la que la necesidad y el goce habrán perdido su naturaleza egoista. Esto sucederá con el comunismo desarrollado..

Justificación desde la posición filosófica del autor.

El comunismo podría definirse como la organización política, social y económica basada en la comunidad de los medios sociales de producción y de los bienes que con ellos se producen. Es la superación de la propiedad privada y del estado de alienación y deshumanización generalizado que esta produce.

En general, por enajenación, o alienación, viene a significar “enajenación” o “extrañación”: la situación del ser humano de estar en otro, en algo ajeno: no tiene el control de su propio pensamiento, ni, por supuesto, el control de sus propias decisiones, dependiendo de un poder que le resulta extraño. El trabajo enajenado (alienado) separa al ser humano de su propia esencia y hace de la vida de ese ser humano algo separado de su ser como género (humano). Podemos señalar varios tipos de alienación: la alienación social, política, ideológica y religiosa. Pero el tipo de alienación que es el fundamento de las anteriores, es la alienación económica. Esta alienación tiene lugar cuando el producto del trabajo pasa a ser propiedad de otro, del propietario de los medios de producción, y tanto el producto fabricado como el propio trabajador se convierten en mercancías. El producto se queda en el mercado y el trabajador no consigue realizarse en el proceso productivo, sino que sufre y se deshumaniza, convirtiéndose en una cosa entre las demás que también puede ser vendida y comprada (su fuerza de trabajo) en el mercado.

El hecho de que este estado de alienación se conserve sin que un proceso de liberación conduzca a la desalienación de la humanidad, que se producirá con el comunismo, se debe a la ideología. Por ella se entiende al conjunto articulado de conceptos, símbolos, mitos, creencias, valores e ideas que se dan en una situación determinada y que pretenden explicarla, justificarla y, en la medida de lo posible, perpetuarla. Cuando a lo que asistimos es a un estado de dominación (del hombre sobre la mujer, o de una clase social sobre otra), la ideología se convierte en un instrumento para garantizar tal dominio de manera que sea aceptado por el dominado sin necesidad de acudir a otros procedimientos, como la violencia física. En definitiva, la ideología es una representación falsificada de la realidad creada con el objeto de ocultar las desigualdades económicas, sociales y políticas a aquellos que las sufren, una forma de generar una “falsa conciencia” de la realidad con el objetivo de mantener en la pasividad a las clases subalternas.

La explicación de la alienación a partir de la actividad productiva del ser humano encuentra su raíz en lo que constituye la naturaleza humana. El trabajo, la producción entendida como actividad práctico-productiva, constituye la esencia del ser humano (el ser humano se diferencia de los animales a partir del momento en que empieza a producir sus medios de vida). Es un animal no solo sociable, sino que consiste y se constituye en la sociedad; y su naturaleza consiste en la producción de su vida, que lo constituye en una doble relación: con la naturaleza y con los otros seres humanos, con la sociedad (relación social). En consecuencia, la esencia humana es, en realidad, el conjunto de las relaciones sociales. La alienación del ser humano se produce, entonces, en una determinada estructuración económico social histórica (con el trabajo enajenado y a propiedad privada); no en vano el ser humano mismo es histórico.

Al plantear la radicalidad del ser humano como ser natural humano y como sujeto, podría entenderse el marxismo como un humanismo. Humanismo porque promueve una crítica y una lucha contra la alienación del ser humano, que tiene como fin acabar con su explotación, con su conversión en cosa, y lograr su liberación.  Porque niega la existencia de un ser distinto y superior a la naturaleza y al ser humano. Por último, es un humanismo en cuanto que Marx afirma (sobre todo en el período juvenil, al que pertenecen los Manuscritos), que el ser humano es el principio de la sociedad, el sujeto de la historia y, en consecuencia, la base explicativa de su concepción teórica del mundo y de la historia. Pero junto a la radicalidad del ser humano como sujeto, se da también su relacionalidad y su carácter de resultado, en cuanto el ser humano es el conjunto de las relaciones sociales, con lo que podría considerarse resultado de un todo que lo configura y explica. Y si es resultado, difícilmente puede ser principio teórico-científico de explicación de la sociedad y de la historia (humanismo).

La integración y superación de esta aparente contradicción puede entenderse a partir del materialismo histórico, la teoría científica propuesta por Marx para explicar la estructura y el cambio de las sociedades. De ella podemos extraer las siguientes tres tesis:1) El factor determinante de historia es la relación entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción. La historia consiste, en último término, en el proceso real de la producción material de la vida, la sucesión de los modos de producción. El motor de la historia es, pues, la lucha de clases. 2) En la historia, en la determinación y la configuración de su desarrollo se da una relación dialéctica entre la infraestructura (estructura económica) y la sobreestructura, si bien el fundamento económico constituye, en última instancia, el principio de explicación. 3) El vector o fin al que se dirige la historia es la desaparición de las clases y la instauración del comunismo. La marcha de la historia, acelerada por la acción del proletariado, finalizará en una sociedad comunista, acabando con las alienaciones y permitiendo la realización total del ser humano. Pero ello no podría suceder si el proletariado, la clase social explotada y alienada, no asume esa condición de sujeto revolucionario. La síntesis entre humanismo y dialéctica de la historia surge, por tanto, con la posibilidad de que los individuos que componen el proletariado, adquiriendo conciencia de su situación, conciencia de clase, puedan superar el estado de alienación y conciencia ideologizada accediendo al ideal revolucionario. El comunismo sería la plena emancipación y apropiación por parte del ser humano de su esencia genérica. En esto consiste el comunismo desarrollado que Marx propone en el texto comentado.




Texto 22


Texto 22

“4º) Comoquiera que la propiedad privada es sólo la expresión sensible del hecho de que el hombre se hace objetivo para sí y, al mismo tiempo, se convierte más bien en un objeto extraño e inhumano, del hecho de que su exteriorización vital es su enajenación vital y su realización su desrealización, una realidad extraña, la superación positiva de la propiedad privada, es decir, la apropiación sensible por y para el hombre de la esencia y de la vida humanas, de las obras humanas no ha de ser concebida sólo en el sentido del goce inmediato, exclusivo, en el sentido de la posesión, del tener. El hombre se apropia su esencia universal de forma universal, es decir, como hombre total. Cada una de susrelaciones humanas con el mundo (ver, oír, oler, gustar, sentir, pensar, observar percibir, desear, actuar, amar), en resumen, todos los órganos de su individualidad, como los órganos que son inmediatamente comunitarios en su forma (VII), son, en su comportamiento objetivo, en su comportamiento hacia el objeto, la apropiación de éste. La apropiación de la realidad humana, su comportamiento hacia el objeto, es la afirmación de la realidad humana; es, por esto, tan polifacética como múltiples son las determinaciones esenciales y las actividades del hombre; es la eficacia humana y el sufrimiento del hombre, pues el sufrimiento, humanamente entendido, es un goce propio del hombre.”

4-Exposición del tema del texto.

En este capítulo del tercer manuscrito, perteneciente a los “Manuscritos de economía y filosofía”, de donde se extrae el fragmento, Marx reflexiona acerca de las consecuencias del trabajo alienado y de manera muy particular sobre su resultante más decisiva, la propiedad privada. El comunismo se presenta en principio como la mejor forma de superar los efectos nocivos que para la humanidad tiene la pervivencia de este régimen de propiedad. Marx procede a continuación a un análisis crítico de las distintas formas en que el comunismo se puede materializar. En el fragmento, en concreto, Marx plantea el comunismo desarrollado, modelo de sociedad en la que el que el ser humano se encuentra plenamente emancipado, como plena emancipación y apropiación por parte del hombre de su esencia genérica.

El concepto de propiedad privada expresa la apropiación inmediata del objeto físico que deshumaniza (aliena, enajena), al hombre, lo vuelve extraño a sí mismo, a su propia acción y al fruto de su trabajo, ajeno a sí mismo.

Esta apropiación genera un goce inmediato que se deriva del mero poseer, la mera tenencia del algo, pero al mismo tiempo esa apropiación es privación de la realidad esencial del hombre puesto que anula el carácter múltiple que tienen las relaciones del hombre con las cosas del mundo, reduce lo diverso de la experiencia con las cosas del mundo a lo unidimensional de la sola posesión.

Superar la propiedad privada supone una modificación profunda de la forma de apropiación devolviéndole su carácter humano, diverso, multilateral y por tanto abierto a todos los sentidos y cualidades humanos.

En este texto se aprecia que Marx inscribe los sentidos en el mismo proceso de humanización y socialización que es la historia de la humanidad. Solo para un sentido plenamente humano puede darse un objeto plenamente humanizable y los objetos cuya única dimensión es la de ser poseídos no alcanzan esa categoría.

sábado, 18 de abril de 2015

Comentario de texto. "Manuscritos..." Textos 14-21



Comentarios 14-21 (líneas 210-266)

Texto 14

“(VI) La actividad social y el goce social no existen, ni mucho menos, en la forma única de una actividad inmediatamente comunitaria y de un goce inmediatamente comunitario, aunque la actividad comunitaria y el goce comunitario es decir, la actividad y el goce que se exteriorizan y afirman inmediatamente en real sociedad con otros hombres, se realizarán dondequiera que aquella expresión inmediata de la sociabilidad se funde en la esencia de su ser y se adecue a su naturaleza.”

Toda actividad humana es social; todo goce humano, incluido el goce individual, es también y al mismo tiempo social. Las actividades sociales no son solo aquellas que realiza la comunidad en general, sino también  las que realizamos los hombres particularmente, porque el hombre es un ser social y esa sociabilidad pertenece a su naturaleza.

Texto 15

“Pero incluso cuando yo sólo actúo científicamente, etc., en una actividad que yo mismo no puedo llevar a cabo en comunidad inmediata con otros, también soy social, porque actúo en cuanto hombre. No sólo el material de mi actividad (como el idioma, merced al que opera el pensador) me es dado como producto social, sino que mi propia existencia es actividad social, porque lo que yo hago lo hago para la sociedad y con conciencia de ser un ente social.”

Ese  carácter social que constituye al hombre se expresa en algo tan individual como es la labor científica, puesto que el hombre, lejos de ser un producto abstracto o un autoproducto, es el fruto de una interacción social de la misma forma en que, como el propio Marx afirma, el lenguaje que utiliza –su propia actividad mental- no son en sí mismos sociales y no solo individuales.

Texto 16

“Mi conciencia general es sólo la forma teórica de aquello cuya forma viva es la comunidad real, el ser social, en tanto que hoy en día la conciencia general es una abstracción de la vida real y como tal se le enfrenta. De aquí también que la actividad de mi conciencia general, como tal, es mi existencia teórica como ser social.”

Es social mi conciencia, porque es la forma como yo me represento la vida en la sociedad. No hay conciencias individuales en el sentido de absolutamente distintas de lo que sucede en la sociedad. No es el individuo el que produce su conciencia sino la sociedad. Lo único que varía es la forma abstracta, teórica, de esa representación.

Texto 17

“Hay que evitar ante todo el hacer de nuevo de la «sociedad» una abstracción fren- te al individuo. El individuo es el ser social. Su exteriorización vital (aunque no aparezca en la forma inmediata de una exteriorización vital comunitaria, cumplida en unión de otros) es así una exteriorización y afirmación de la vida social. La vida individual y la vida genérica del hombre no son distintas, por más que, necesariamente, el modo de existencia de la vida individual sea un modo más particular o más general de la vida genérica, o sea la vida genérica una vida individual más particular o general.”

La sociedad no existe como algo separado del individuo sino íntimamente relacionada con él. Las acciones individuales son también sociales. Lo individual y lo social o genérico van al unísono, aunque se manifiesten de forma diferente. El individuo es la forma particular como el género se concreta (en cada individuo considerado separadamente) o se extiende (el género no se da en un solo individuo sino en muchos).

En conclusión, esto impide:

1.      Que la sociedad pueda ser concebida en abstracto, esto es al margen de los individuos que la constituyen.

2.      Que los hombres puedan ser concebidos en abstracto, es decir al margen de la sociedad a la que pertenecen.

Texto 18

“Como conciencia genérica afirma el hombre su real vida social y no hace más que repetir en el pensamiento su existencia real, así como, a la inversa, el ser genérico se afirma en la conciencia genérica y es para si, en su generalidad, como ser pensante.”

La interrelación individuo-sociedad se da también en el plano de la conciencia, que no es meramente individual sino genérica. La conciencia está siempre haciendo referencia a la vida social y la vida social se hace presente en la conciencia del individuo. El ser genérico, que es la esencia humana en su pleno desarrollo y actualidad, la máxima expresión en que se manifiesta el ser humano como tal, plenamente emancipado, está presente en la conciencia que el ser humano tiene de sí como género, como miembro de la especie humana. 

Texto 19

“El hombre así, por más que sea un individuo particular (y justamente es su particularidad la que hace de él un individuo y un ser social individual real), es, en la misma medida, la totalidad, la totalidad ideal, la existencia subjetiva de la sociedad pensada y sentida para sí, del mismo modo que también en la realidad existe como intuición y goce de la existencia social y como una totalidad de exteriorización vital humana.”

Marx ahora matiza la interrelación individuo-sociedad acudiendo a la oposición dialéctica entre lo particular y la totalidad. El individuo particular concreta la totalidad que es la sociedad. El individuo encarna como sujeto a la sociedad, de la que tiene conciencia y sentimiento. Esa sociabilidad aparece en la intuición, en el goce y en todas las formas como el individuo exterioriza su vida.(

Texto 20

“Pensar y ser están, pues, diferenciados y, al mismo tiempo, en unidad el uno con el otro.”

También hay una relación dialéctica entre pensar y ser. La esfera del ser y la esfera del pensar son esferas distintas, pero una no se da sin la otra . Sin el ser no se da el pensar, pero sin el pensar tampoco hay ser.

Texto 21

“La muerte parece ser una dura victoria del género sobre el individuo y contradecir la unidad de ambos; pero el individuo determinado es sólo un ser genérico determinado y, en cuanto tal, mortal.”

El género, es decir, la especie humana necesita del individuo. Sin individuos humanos no hay especie humana. Aunque el individuo es mortal, el género necesita de él para expresarse. El género se “determina”, se hace existente en el individuo.


Comentario de texto. "Manuscritos..." Texto 13


Texto 13 (líneas 210-219)


Hemos visto cómo, dado el supuesto de la superación positiva de la propiedad privada el hombre produce al hombre, a sí mismo y al otro hombre; cómo el objeto, que es la realización inmediata de su individualidad, es al mismo tiempo su propia existencia para el otro hombre, la existencia de éste y la existencia de éste para él. Pero, igualmente, tanto el material del trabajo como el hombre en cuanto sujeto son, al mismo tiempo, resultado y punto de partida del movimiento (en el hecho de que ha de ser este punto de partida reside justamente la necesidad histórica de la propiedad privada). El carácter social es, pues, el carácter general de todo el movimiento; a como es la sociedad misma la que produce al hombre en cuanto hombre, a también es producida por él. La actividad y el goce son también sociales, tanto en su modo de existencia como en su contenido; actividad social y goce social. La esencia humana de la naturaleza no existe más que para el hombre social, pues lo a existe para él como vínculo con el hombre, como existencia suya para el otro y existencia del otro para él, como elemento vital de la realidad humana; sólo a existe como fundamento de su propia existencia humana. Sólo entonces se convierte para él su existencia natural en su existencia humana, la naturaleza en hombre. La sociedad es, pues, la plena unidad esencial del hombre con la naturaleza, la verdadera resurrección de la naturaleza, el naturalismo realizado del hombre y el realizado humanismo de la naturaleza.



Exposición de la temática del texto


En este capítulo del tercer manuscrito, perteneciente a los “Manuscritos de economía y filosofía”, de donde se extrae el fragmento, Marx reflexiona acerca de las consecuencias del trabajo alienado y de manera muy particular sobre su resultante más decisiva, la propiedad privada. El comunismo se presenta en principio como la mejor forma de superar los efectos nocivos que para la humanidad tiene la pervivencia de este régimen de propiedad. Marx procede a continuación a un análisis crítico de las distintas formas en que el comunismo se puede materializar. En el fragmento, en concreto, Marx analiza el comunismo como recuperación del ser humano en tanto que ser social.

Liberado de la servidumbre que constituye la propiedad privada surge el ser humano como auténtico ser social, es decir, como ser para sí al tiempo que para los demás.

En este nuevo escenario, el ser humano como género, es decir, el ser humano que actúa no como individuo aislado sino como miembro del género humano al que pertenece y libre de las ataduras del trabajo enajenado, hace de su trabajo auténtica vida social en la que como sujeto se trata a sí mismo y a los demás como sujeto eminentemente social. De ahí parte el goce social expresado en este texto.

De esta manera desaparece la confrontación entre individuo y sociedad y la que se establece entre naturaleza y hombre. La vida individual se convierte en una forma más de la vida social y la existencia natural del hombre se vuelve parte de su existencia humana.

La historia del ser humano es parte de la historia de la naturaleza puesto que es la historia de la humanización de ella misma. Si la naturaleza hace al ser humano, también el ser humano transforma actuando ambos en un bucle permanente.

Cuando Marx habla de naturalismo quiere expresar la afirmación de lo natural que habita en el hombre; cuando habla de humanismo en la naturaleza quiere con ello expresar la naturaleza transformada por la acción del hombre; y cuando párrafos más arriba planteaba la ecuación naturalismo=humanismo, quiere dar a entender la perfecta síntesis superadora que se produce en la dialéctica de los contrarios al influirse y transformarse recíprocamente. Dicha síntesis solo es posible cuando toda enajenación, en especial la que tiene su origen en la economía y en la propiedad privada, ha sido resuelta.

Justificación desde la posición filosófica del autor.

En general, por enajenación, o alienación, viene a significar “enajenación” o “extrañación”: la situación del ser humano de estar en otro, en algo ajeno: no tiene el control de su propio pensamiento, ni, por supuesto, el control de sus propias decisiones, dependiendo de un poder que le resulta extraño. El trabajo enajenado (alienado) separa al ser humano de su propia esencia y hace de la vida de ese ser humano algo separado de su ser como género (humano). Podemos señalar varios tipos de alienación: la alienación social, política, ideológica y religiosa. Pero el tipo de alienación que es el fundamento de las anteriores, es la alienación económica. Esta alienación tiene lugar cuando el producto del trabajo pasa a ser propiedad de otro, del propietario de los medios de producción, y tanto el producto fabricado como el propio trabajador se convierten en mercancías. El producto se queda en el mercado y el trabajador no consigue realizarse en el proceso productivo, sino que sufre y se deshumaniza, convirtiéndose en una cosa entre las demás que también puede ser vendida y comprada (su fuerza de trabajo) en el mercado.

El hecho de que este estado de alienación se conserve sin que un proceso de liberación conduzca a la desalienación de la humanidad, que se producirá con el comunismo, se debe a la ideología. Por ella se entiende al conjunto articulado de conceptos, símbolos, mitos, creencias, valores e ideas que se dan en una situación determinada y que pretenden explicarla, justificarla y, en la medida de lo posible, perpetuarla. Cuando a lo que asistimos es a un estado de dominación (del hombre sobre la mujer, o de una clase social sobre otra), la ideología se convierte en un instrumento para garantizar tal dominio de manera que sea aceptado por el dominado sin necesidad de acudir a otros procedimientos, como la violencia física. En definitiva, la ideología es una representación falsificada de la realidad creada con el objeto de ocultar las desigualdades económicas, sociales y políticas a aquellos que las sufren, una forma de generar una “falsa conciencia” de la realidad con el objetivo de mantener en la pasividad a las clases subalternas.

La explicación de la alienación a partir de la actividad productiva del ser humano encuentra su raíz en lo que constituye la naturaleza humana. El trabajo, la producción entendida como actividad práctico-productiva, constituye la esencia del ser humano (el ser humano se diferencia de los animales a partir del momento en que empieza a producir sus medios de vida). Es un animal no solo sociable, sino que consiste y se constituye en la sociedad; y su naturaleza consiste en la producción de su vida, que lo constituye en una doble relación: con la naturaleza y con los otros seres humanos, con la sociedad (relación social). En consecuencia, la esencia humana es, en realidad, el conjunto de las relaciones sociales, como Marx plantea en este texto que que comento. La alienación del ser humano se produce, entonces, en una determinada estructuración económico social histórica (con el trabajo enajenado y a propiedad privada); no en vano el ser humano mismo es histórico.

Al plantear la radicalidad del ser humano como ser natural humano y como sujeto, podría entenderse el marxismo como un humanismo. Humanismo porque promueve una crítica y una lucha contra la alienación del ser humano, que tiene como fin acabar con su explotación, con su conversión en cosa, y lograr su liberación.  Porque niega la existencia de un ser distinto y superior a la naturaleza y al ser humano. Por último, es un humanismo en cuanto que Marx afirma (sobre todo en el período juvenil, al que pertenecen los Manuscritos), que el ser humano es el principio de la sociedad, el sujeto de la historia y, en consecuencia, la base explicativa de su concepción teórica del mundo y de la historia. Pero junto a la radicalidad del ser humano como sujeto, se da también su relacionalidad y su carácter de resultado, en cuanto el ser humano es el conjunto de las relaciones sociales, con lo que podría considerarse resultado de un todo que lo configura y explica. Y si es resultado, difícilmente puede ser principio teórico-científico de explicación de la sociedad y de la historia (humanismo).

La integración y superación de esta aparente contradicción puede entenderse a partir del materialismo histórico, la teoría científica propuesta por Marx para explicar la estructura y el cambio de las sociedades. De ella podemos extraer las siguientes tres tesis:1) El factor determinante de historia es la relación entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción. La historia consiste, en último término, en el proceso real de la producción material de la vida, la sucesión de los modos de producción. El motor de la historia es, pues, la lucha de clases. 2) En la historia, en la determinación y la configuración de su desarrollo se da una relación dialéctica entre la infraestructura (estructura económica) y la sobreestructura, si bien el fundamento económico constituye, en última instancia, el principio de explicación. 3) El vector o fin al que se dirige la historia es la desaparición de las clases y la instauración del comunismo. La marcha de la historia, acelerada por la acción del proletariado, finalizará en una sociedad comunista, acabando con las alienaciones permitiendo la realización total del ser humano. El final de esta prehistoria de la humanidad se producirá con el socialismo y la fase final, el comunismo, empezando la  verdadera historia de la humanidad. Pero ello no podría  suceder si el proletariado, la clase social explotada y alienada, no asume esa condición de sujeto revolucionario. La síntesis entre humanismo y dialéctica de la historia surge con la posibilidad de que los individuos que componen el proletariado, adquiriendo conciencia de su situación, conciencia de clase, puedan superar el estado de alienación y conciencia ideologizada accediendo al ideal revolucionario. El comunismo sería la plena emancipación y apropiación por parte del ser humano de su esencia genérica. En esto consiste el comunismo que Marx plantea en este texto, y más adelante, tras haber sometido a critica otras propuestas de comunismo.



jueves, 16 de abril de 2015

Comentario de texto. "Manuscritos..." Textos 8-12


8) Es fácil ver la necesidad de que todo el movimiento revolucionario encuentre su base, tanto empírica como teórica, en el movimiento de la propiedad privada, en la Economía.

Para superar la propiedad privada no solo basta negarla empíricamente, sino también teóricamente, para lo que es necesario realizar un análisis económico profundo del funcionamiento del capitalismo.

9) Esta propiedad privada material, inmediatamente sensible, es la expresión material y sensible de la vida humana enajenada. Su movimiento -la producción y el consumo- es la manifestación sensible del movimiento de toda la producción pasada, es decir, de la realización o realidad del hombre.

Marx afirma que la propiedad privada es el resultado del trabajo enajenado, ahora bien, es la propia alienación de este trabajo la que impide la actividad libre, consciente y universal a través de la cual el hombre puede expresar su verdadera esencia humana. Nuestro autor no reduce la enajenación al ámbito del trabajo y de la producción sino que la amplía al campo del fruto de este trabajo,  el de la cosa producida que termina siendo ajena al trabajador, es decir, que le es enajenada.

El producto del trabajo enajenado se convierte en mercancía, se cosifica en el mercado de la misma manera que también se vuelve mercancía el trabajador y hasta las propias relaciones sociales desplegadas en el mundo  del trabajo

10) Religión, familia, Estado, derecho, moral, ciencia, arte, etc., no son más que formas especiales de la producción y caen bajo su ley general. La superación positiva de la propiedad privada como apropiación de la vida humana es por ello la superación positiva de toda enajenación, esto es, la vuelta del hombre desde la Religión, la familia, el Estado, etc., a su existencia humana, es decir, social.

Todo el entramado cultural, político, jurídico y social queda fagocitado por el sistema de producción y más concretamente por lo que constituye su verdadero centro motor, el trabajo alienado. Marx, superando la concepción de Feuerbach sobre el ser humano como un ser contemplativo y socialmente indiferenciado, alcanza a definir al ser humano como un ser esencialmente social, perteneciente a una clase social y determinado por el entramado económico en el que habita y desarrolla su vida. Son las condiciones materiales de la existencia del ser humano las que lo constituyen como tal ser humano. En esto último Marx supera al pensamiento de Feuerbach para quien la religión, la sociedad y el poder político son simples especulaciones abstractas, meras ideas desconectadas de las condiciones materiales de vida en las que efectivamente tiene lugar la vida de los seres humanos.

Religión, familia, Estado, derecho, moral, ciencia, arte… son instancias que quedan dentro de una esfera que las engloba a todas: la esfera de la economía, el sistema de producción (o modo de producción) que tiene por base el trabajo alienado y su consecuencia natural, la propiedad privada.

Por ello, la superación de la enajenación del trabajo abre el camino a la emancipación de todos los otros tipos de enajenación (religiosa, política, social…)

11) La enajenación religiosa, como tal, transcurre sólo en el dominio de la conciencia, del fuero interno del hombre, pero la enajenación económica pertenece a la vida real; su superación abarca por ello ambos aspectos. Se comprende que el movimiento tome su primer comienzo en los distintos pueblos en distinta forma, según que la verdadera vida reconocida del pueblo transcurra más en la conciencia o en el mundo exterior, sea más la vida ideal o la vida material. El comunismo empieza en seguida con el ateísmo (Owen), el ateísmo inicialmente está aún muy lejos de ser comunismo, porque aquel ateísmo es aún más bien una abstracción...

Marx se fija ahora en dos formas de alienación: la alienación religiosa y la alienación económica. La primera se sitúa en lo que más tarde va a llamar superestructura; y la segunda, en la infraestructura, en la base económica de la sociedad. La superación de la situación de alienación humana se puede iniciar desde la esfera ideológica (en este caso, religiosa) o desde la esfera económica, a la que Marx llama “vida real”. La superación de la alienación ideológica se inicia en países atrasados económica y socialmente, como fue la Alemania de la primera mitad el siglo XIX (por otra parte, muy avanzada intelectualmente). Allí el ateísmo es la primera forma de superación de la alienación humana, porque prescinde de un Dios que se presenta opuesto al hombre. La superación de la alienación económica se inicia en un país como Francia, más desarrollado en aquella época social y económicamente que Alemania.

12) La filantropía del ateísmo es, por esto, en primer lugar, solamente una filantropía filosófica abstracta, la del comunismo es inmediatamente real y directamente tendida hacia la acción.

Aun así, el ateísmo es solo una superación teórica de la alienación porque se realiza únicamente en el plano del a conciencia y no en la vida real. La superación real está volcada a la praxis, a la acción